En sus pupilas llevaba la vida y en las manos el miedo , pero la tristeza la dejaba a un paso y por eso motivo al pisar siempre pisaba fuerte.
Y esta era su historia.
" Buscaba en la dificultad lo bonito y me encaraba cada tarde al suicidio de su silencio maldito, sabiendo que con ella todos mis ceros irían a la izquierda, intentando despertar torpemente una curiosidad que desde el principio yació muerta.
Era más cómodo huir sin querer, siempre más cómodo y más fácil, pero nunca pense en hacerlo.
Porque cuando la cicatriz de su sonrisa asomaba, con ella lo hacían mis ganas de vivir para provocarla, para abrazarla, para mirarla a los ojos y reír de esos gestos tan suyos y de esas cosas tan nuestras que haría eternamente junto a un reloj roto.
Porque con ella el tiempo se media en unos besos que no nos dábamos y en unas sonrisas que no eran como esperaba, y por eso mi vida era un continuo ¿ capaz o incapaz? , y yo siempre supe que no lo sería, de la misma manera que era consciente de que no quería ni intentarlo.
y por eso aunque no lo creáis, era toda mi culpa.
Así no estaba todo bien, pero sospechaba que de cualquier otra forma estaría peor y ese miedo no me dejo hacer jamás nada
A veces, pensé en decirle que las tardes con ella eran más noches que cualquier otra cosa, que si ella venía yo comenzaría a ser feliz un par de horas antes y dejaría de serlo justo 5 minutos antes de que se fuera. Intente buscar la forma exacta de hacerle ver que de mi mano cada mañana sería un comienzo distinto y que todas las noches tendrían el mejor final posible, que le querría siempre un poco más y que ni muriendo sería capaz de haberla querido un poco menos.
Intente explicarle que una vida para mi era poco y que el mejor regalo era la muerte que era eterna.
Pero callé, callé como una puta que hace su trabajo sin más, con el miedo de despertar el frio y el abismo, de llegar a la distancia y al olvido.
y callé sabiendo que así la podría tener de por vida de alguna manera , pero que nunca de la forma que yo siempre soñaba
callé por mi y callé por ella.
Porque me necesitaba y aunque yo necesitará más , el quererla tanto implicaba quererla hacerla feliz, a pesar de que eso significara ser una mera espectadora de un proyecto de vida que nunca se iba a estrenar"
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