lunes, 24 de agosto de 2020

Ternura infinita.

Hoy quiero expresar mi tranquilidad, mi paz interior y me ilusión por el mañana.

Aunque el presente a veces apriete y traiga consigo un nube gris enorme, al final confío en que siempre saldrá el sol mañana.

Es duro, y aunque a veces caiga en la trampa de mirar por el agujerito me encanta poder volver por un momento a esos días.

A esos momentos en los que me mirabas y me decías ¿De donde has salido? ¿Puedes ser más mona? O me comías a besitos,me mordias el moflete y me recordabas cuanto me querías.

A los días de sexo que hoy han vuelto a mi, en los que mirarnos a los ojos en ese momento de caos era dar la vuelta al mundo en unos segundos. Tú postura, tu curvatura, tu respiración y tú tensión, tu cara y tú calor.

Aún así, creo que lo que más añoro es nuestro dormir, esas caricias infinitas, ese tacto de piel que guarda la temperatura perfecta y esa paz absoluta de dormirte sintiendote absolutamente feliz y plena.

Me gusta hacerlo a pesar de que sea doloroso a veces. Me gusta porque en algunos momentos esos recuerdos son mi brújula, mi bombilla, mi vela en la noche.

Esos momentos me permiten recordar porque estamos aquí, porque merece la pena todo este proceso si el final significa el bienestar de las dos.

Siempre dije que estaríamos juntas hasta que nos hiciéramos felices y tu dijiste una vez que al final todo saldrá bien y que si no sale bien no es el final.

¿No?

Lo único que me apena es pensar que tú te infravalores así, que quieras predecir el futuro sin darte tu tiempo, tu espacio tu momento.

Yo no estoy aquí para prometerte mi espera, y mucho menos estoy para esperar que vuelvas.

Yo estoy aquí simplemente para recordar el amor y el cariño, para avanzar, para mejorar, para tomarnos nuestro tiempo para aprender por separado.

Confía en mí, confía en ti y acuérdate del día que cumplas 60 años.

Te quiero mucho, te quiero abrazar mucho, te quiero.




No hay comentarios:

Publicar un comentario